sábado, 27 de septiembre de 2008

Escuela de Espectadores dedica sesión a último montaje de Horacio Videla

La novena sesión de la Escuela de Espectadores de Teatro estará dedicada a la obra "¿Quién no sabe como es un dragón?", de Bret Fetzer, irigida por Horacio Videla, que se presenta en el Teatro UC.
El montaje está orientado al público familiar e infantil.
Invitados:
Horacio Videla
Carla Lobos

Lunes 29 de septiembre.
19.30 horas.
Teatro del Puente.

Asistencia liberada.
Inscripciones:
escuela.deespectadoresdeteatro@yahoo.com

Claves para el análisis de "Variaciones sobre la muerte"



Sesión 8. Obra: "Variaciones sobre la muerte", de Jon Fosse. Dirección de Víctor Carrasco.

La obra “Variaciones sobre la muerte” (“Variatons sur la mort”), del autor noruego Jon Fosse, se presentó en una temporada de diez funciones seguidas hasta el pasado miércoles 17 de septiembre en la sala SAM, del Centro Cultural Antiguo San José.
El texto revisa la vida de una pareja a partir de la muerte de su hija mayor y fue llevada a escena en su momento por el director francés Claude Régy en el marco del Festival de Otoño de París.
La versión local reunió a Roxana Campos, Tomás Vidiella, Bárbara Ruiz-Tagle, Pablo Cerda, Begoña Basauri y Antonio Campos bajo dirección de Víctor Carrasco, como parte de una trilogía que se abrió en junio con “Norte”, de Alejandro Moreno, y que seguirá en noviembre con “Las tres hermanas”, de Anton Chéjov.
En la puesta, los personajes emergen como espectros de un telón panorámico que sucesivamente cambia de color, abriéndose o cerrándose y recortando sus siluetas.
Fosse muestra el devenir de quienes en el ocaso repasan las frustraciones tras el suicidio de su hija y, al igual que en sus otros textos, se vale de las pausas y de las reiteraciones para develar lo que está más allá del verbo, poniendo en duda las secuencias temporales, la verosimilitud de los recuerdos y la naturaleza de la muerte.
El montaje subraya la alegoría de la escritura con el cuidadoso diseño de escenografía e iluminación de Fernando Briones, que genera composiciones de belleza oscura y epifánica.
El elenco se ajusta a las pautas que ha madurado la dirección en anteriores montajes, con una solemne rigidez corporal y un tempo acompasado, como si se tratara de la ejecución de una partitura musical o de una polifonía. La convención desafía a los intérpretes a limpiar y dosificar la proyección vocal y a despercudirse de los recursos más usuales.
El conjunto dialoga además con el edificio del antiguo hospital, donde puede pesquisarse el uso original de las salas.

Sobre el autor y su escritura teatral:
Jon Fosse se dio a conocer como novelista (“Melancolía”, sobre el pintor Lars Hertevig) y ensayista, antes de abocarse en plenitud al teatro. Sus textos se han montado en circuitos como el Nanterre-Amandieres, de París, y la Schaubühne, de Berlín.
Es el autor más prolífico de Noruega y contabiliza al menos dos estrenos anuales en nynorsk (neo-noruego). Hacia el año 2002, sumaba doce piezas traducidas y representadas en 40 escenarios de Europa. En Francia, la mayoría de sus textos han sido dirigidos por Claude Régy. Entre otros, “Alguien va a venir”, con actuación de Marcial di Fonzo bo (director de “Eva Perón”, de Copi).
En 1996 obtuvo el premio Ibsen y en 1999 colaboró con un monólogo en el proyecto “La confesión”, de Michel Didyn.

La crítica ha calificado su escritura de suprarrealista y ha resaltado la manera en que consigue recrear el carácter repetitivo y persistente de las funciones de la conciencia. Su estilo también ha sido rotulado de minimalista, con tintes de absurdo y realismo, y se ha reparado en el retato que hace de determinados dramas sociales al describir situaciones de desocupación, desintegración familiar y abandono.
El estilo del dramaturgo ha encontrado resonancia recientemente en Buenos Aires con el estreno de “La noche canta sus canciones”, a cargo de Daniel Veronese.
Fosse ha dicho acerca de su escritura: “Lo esencial es lo que está ‘entre’, en los intersticios, en las fallas de los personajes, entre los diferentes elementos del texto. Los personajes surgen sin rostro. Son voces. Se trata de llegar a una forma en la que todo se trama desde el interior”.

Sobre la dirección de Víctor Carrasco:
Con su compañía RKO-Fabrika de Sueños ha montado desde mediados de los ’90 un alto número de piezas del francés Bernard Marie-Koltes, como “La herencia”, “En la soledad de los campos de algodón”, “Tabataba”, “De noche, justo antes de los bosques” y “Roberto Zucco”.
En 2001 trabajó por primera vez con un texto de Jon Fosse: “Alguien va a venir”. En 2003 volvió a montar una pieza del autor noruego, “El hijo”.
También ha escenificado “Hedda Gabler”, de Henrik Ibsen; “Ma vie de chandelle”, de Fabrice Melquiot; y “Norte”, de Alejandro Moreno.
Su método suele conceptualizar las presentaciones a público como la extensión de un proceso de indagación con los actores que se inicia en los ensayos. Por ello la mayoría de sus creaciones han cumplido funciones ininterrumpidas.
A la vez, ha moldeado un lenguaje en que predominan pausas inquietantes, silencios al interior de las escenas, rigidez corporal y un tempo acompasado, donde la evolución dramática se disuelve y emergen los pliegues más sutiles de los textos.
Uno de sus referentes lo constituye el teatrista francés Claude Régy, en cuyos montajes la relación de los actores con los textos se despoja de toda emocionalidad gruesa y el lenguaje parece redescubrirse con cierta extrañeza.
Ha dicho sobre los textos de J. Fosse: “Sus obras tienen algo de cuento para niños. En ellas está implícito su gusto por la música. Suele ir conformando una especie de partitura y musicalidad, de verso y no-verso, de escritura fragmentada. Retrata situaciones sumamente cercanas y cotidianas de una manera esencial. Por tanto, invita a construir a partir de una atmósfera. Hay que preocuparse del estado de ánimo que posibilita la emisión de los textos. Tienen una fragilidad y una levedad características”.


Claves para el análisis:
- Tempo acompasado.
- Austeridad de recursos interpretativos y despojo de emocionalidad..
- Reiteración y pausas como mecanismos para develar la voz de la conciencia.
- Personajes concebidos como espectros.
- Puesta en escena minimalista.Composición escénica y pulcritud.

martes, 16 de septiembre de 2008

El teatro de Víctor Carrasco en nueva sesión de Escuela de Espectadores

La octava sesión de la Escuela de Espectadores de Teatro estará dedicada a la obra "Variaciones sobre la muerte", del autor noruego Jon Fosse.
El montaje se presenta hasta el miércoles 17 en la sala SAM del Centro Cultural Antiguo San José (San José 1053), con dirección de Víctor Carrasco y un elenco integrado por Tomás Vidiella, Roxana Campos, Bárbara Ruiz-Tagle, Pablo Cerda, Begoña Basauri y Antonio Campos.

Invitados:
Víctor Carrasco.
Tomás Vidiella.

Lunes 22 de septiembre a las 19.30 horas.
Entrada liberada.
Teatro del Puente.

Inscripciones:
escuela.deespectadoresdeteatro@yahoo.com

Claves para el análisis de "Violeta: al centro de la injusticia"



Sesión 7.

Invitados: Rodrigo Pérez, Claudia Vicuña y Francisca Márquez.

Sobre el montaje:
“Violeta: al centro de la injusticia”
es un montaje dirigido por Rodrigo Pérez estrenado en julio pasado en la carpa Circo del Mundo que ha cumplido funciones populares y que se encuentra actualmente en cartelera en la sala La Memoria.
La puesta se estructura como una cantata que entrelaza composiciones y décimas de Violeta Parra y se ordena en torno al libro “Violeta se va a los cielos”, de Ángel Parra.
El diseño de arte de Rodrigo Bazaes enmarca la acción sobre un escenario delimitado por coloridas ampolletas y cortinas, al modo de una pista de circo.
El elenco que forman intérpretes de teatro y danza (Francisca Márquez, Marcela Millie, Claudia Vicuña, Sebastián de la Cuesta, José Olavarría y Nicolás Poblete/Ernesto Orellana) entran y salen de escena apropiándose del repertorio de la cantautora y, por esa vía, de los motivos que están a la base de su obra, como el descontento social, el desamor y el devenir de las clases populares en Chile.
La ejecución a capela del cancionero de la artista se lleva a cabo en solitario o en grupo respetando la métrica de las décimas.
En algunos pasajes, los versos se convierten en material para breves monólogos y en las líneas de las historias de amor trunco o de los reclamos enrabiados frente a la injusta distribución de los recursos. También se escuchan registros de la propia cantautora y piezas compuestas por Ángel Parra.
Además de revisar algunos pasajes de la biografía de la artista, el espectáculo recupera aristas de su discurso que han quedado eclipsadas por las composiciones más conocidas.
Pese a tener una data de más de tres décadas, se trata de una mirada particularmente actual sobre los conflictos endémicos de la sociedad chilena que se abordan sin eufemismos ni idealizaciones.
La dirección trabaja a partir de composiciones coreográficas que guían los desplazamientos del grupo. Entre ellos se incluyen distintas variantes de una cueca acompasada, códigos pertenecientes a la danza contemporánea, una festiva rutina circense y la recurrente cita al oficio del bordado al que se abocó Parra.
Arropados con usanzas de ciudadanos comunes, los intérpretes pueden ser vistos como paseantes anónimos que redescubren, revitalizan o despercuden el verbo de la compositora, estableciendo dinámicas de seducción y complicidad o volviendo obsesivamente a preocuparse de que la pista esté inmaculada, mientras las mujeres del elenco intercambian un vestido que parece representar a la artista.
A tono con los versos, el montaje retrata una chilenidad dolorosamente festiva y una poética ligada profundamente con el mundo popular.

Sobre Violeta Parra:
Violeta Parra nació en San Carlos, en la Región de Chillán, al sur de Chile, el 4 de octubre de 1917. Su padre era profesor de música y su madre, cantora popular. Tuvo nueve hermanos con quienes vivió la infancia en el campo (entre ellos, Nicanor y Roberto Parra).
Sus biógrafos resaltan que a los doce compuso las primeras canciones por influencia familiar y que en una primera etapa se abocó a los boleros, los corridos y las tonadas, trabajando en circos, bares, quintas de recreo y pequeñas salas de barrio.
Se casó en dos oportunidades y en su etapa de madurez se dedicó a recorrer zonas rurales grabando y recopilando música folklórica y valorando la poesía y el canto popular. A partir de entonces adopta el guitarrón y se especializa en la composición en décimas, mientras su discurso se contrapone a las visiones estereotipadas de América Latina y se inclina de manera pionera por la denuncia social.
Su labor se extiende también a otros oficios, como la pintura, la escultura, la cerámica y el bordado de arpilleras.
A mediados de los ’50 fue invitada a Europa del Este (Polonia, Unión Soviética) y termina grabando en París sus primeros discos. Vuelve a Francia a comienzos de los ’60 y expone sus arpilleras en una de las salas del Louvre.
Al regresar a Chile trabaja con sus hijos en la peña de calle Carmen e inaugura en La Reina un Centro de Arte en una carpa.
Se suicida en febrero de 1967 y se especula que uno los motivos fue el desamor.
Vista en perspectiva, su obra debió sortear con los prejuicios en torno a las voces femeninas que se levantaban en una sociedad en que predominaba el poder masculino.

Sobre Rodrigo Pérez:
Rodrigo Pérez es actor, profesor y director de teatro. Ha participado en la compañía La Memoria, de Alfredo Castro, y Teatro de Fin de Siglo, de Ramón Griffero.
Como director ha venido patentando en los últimos años un lenguaje escénico que privilegia el trabajo con materiales de distinta naturaleza que son puestos en tensión en escena en el cuerpo de los actores.
Su compañía Teatro La Provincia ha estrenado “Provincia Señalada”, "Provincia Kapital" (versión de "Auge y caída de la ciudad de Mahagonny", de B. Brecht), la trilogía La Patria (que integraron “Cuerpo”, “Madre” y “Padre”), una nueva versión de “Las brutas”, de Juan Radrigán, y recientemente “Violeta”.

Extracto de “Al centro de la injusticia”, de Violeta Parra:
“Pa’ no sentir la aguja de este dolor
en la noche estrellada dejo mi voz.
Linda se ve la patria señor turista,
pero no le han mostrado las callampitas.
Mientras gastan millones en un momento,
de hambre se muere gente que es un portento.
Mucho dinero en parques municipales
y la miseria en grande en los hospitales.
Al medio de Alameda de las Delicias,
Chile limita al centro de la injusticia”.

viernes, 12 de septiembre de 2008

"Violeta: al centro de la injusticia" en nueva sesión de Escuela de Espectadores

La sesión del lunes 15 de la Escuela de Espectadores estará dedicada a "Violeta: al centro de la injusticia", montaje de la compañía Teatro de la Provincia", que dirige Rodrigo Pérez.
La puesta ofrece presentaciones durante el mes de septiembre en la sala La Memoria.
Al encuentro asistirán Claudia Vicuña, Francisca Márquez y Marcela Millie, integrantes del elenco.
Junto a ellas también estará el director Rodrigo Pérez.
Lunes 15 a las 19.30 horas.
Teatro del Puente.
Entrada liberada.
Inscripciones en:

Claves para el análisis de "Jaula obesa" y "Todas las fiestas del mañana"


Sesión 6.
Invitados: Marcelo Leonart (autor y director de "Todas las fiestas del mañana"), Nona Fernández (actriz de "Todas las fiestas del mañana"), Tomás Espinosa (autor y director de "Jaula obesa") y Bárbara Vera (actriz de "Jaula obesa").
Sobre "Todas las fiestas del mañana".
A fuerza de persistencia, disciplina y autogestión, Marcelo Leonart se ha convertido en uno de los pocos dramaturgos locales que estrena una obra cada temporada como parte de un proyecto personal junto a su compañía La Fusa.
A partir de “Grita” (2004) —uno de sus títulos más consistentes— y “Lo invisible” (2006) ha venido indagando en los conflictos velados en que descansa el Chile actual. Si en un momento fueron las víctimas y victimarios de la tortura política, desde el año pasado ha enfocado su interés en la agudización local de las diferencias socioeconómicas como caldo de cultivo para una fisura de violencia insospechada.
Desde esta perspectiva, se diría que “Todas las fiestas del mañana” prolonga una arista que asomaba en “Cuerpos mutilados en el campo de batalla” (2007).
La obra que protagonizan Nona Fernández y Alvaro Morales toma el título de la canción del grupo Velvet Underground y muestra a una pareja que se automargina de una encendida fiesta y que, encerrados en una habitación de hotel, denigran el ambiente de alegre confort.
Pronto la pieza insinúa que se trata de dos simuladores que se han apropiado de los ademanes y tics de la clase acomodada en un juego de alienación que les permite encubrir el desencanto, el resentimiento y el hambre, aun cuando les acose el fantasma de un tercer personaje que ha tenido peor suerte y que ha sido objeto de humillaciones y de una cruel marginación social.
La escritura introduce desplazamientos de tiempos, monólogos truncos y quiebres formales para retratar la enajenación pesadillesca a la que ha sucumbido la pareja. Ensucia los diálogos para recrear literalmente el habla del cotidiano chileno que se muestra vacuo, primario y grotesco.
Los protagonistas se apegan a los recursos de la parodia para dar cuenta de la desesperación, la angustia y la rabia latentes. En escena generan una dinámica de provocación mutua y extreman el desparpajo en medio de un meticuloso diseño (Carola de Negri).
Mientras de fondo se escucha un repertorio tropical, el montaje se reserva para la última parte un giro propio de thriller y cine gore en que el hambre que acecha a la pareja se vuelve palpable.
La obra puede seguirse como metáfora de un país que no gusta de mirarse a sí mismo, que intenta difuminar su clasismo endémico y donde incluso las víctimas más patéticas deciden encubrir sus carencias con un ambiente de fiesta.
Marcelo Leonart es además guionista de televisión y narrador. Ha clasificado en la Muestra de Dramaturgia Nacional. En literatura, ha publicado “Mujer desnuda fumando en la ventana” (Planeta, 1999), donde se incluye “Maribel bajo el brazo”, cuento ganador del Premio Juan Rulfo, otorgado en París por Radio Francia y el Instituto Cultural de México. Durante los años 90 formó parte del grupo Merri Melodys.
Sobre "Jaula obesa".
Escrita y dirigida por Tomás Espinosa, la obra de la compañía Geografía Teatral se ambienta en una familia de clase media baja, encabezada por una madre sobreprotectora y dominante, obsesionada con resguardar a sus hijos de la delincuencia y la violencia exterior.
La anécdota se centra en el único varón del grupo y su hermana, quien a fuerza de permanecer recluida ha desarrollado obesidad mórbida.
La gordura opera como metáfora del encierro físico e intelectual y constituye la materialización del temor compartido por el clan que enfrenta el mundo desde una marginalidad no asumida. Sus miembros realizan intentos por defenderse del peligro exterior y diferenciarse de quienes son sus iguales.
El temor a la delincuencia hace además las veces de síntoma de un estado social y su tratamiento en el montaje está teñido por la óptica que entregan los medios de comunicación (especialmente la televisión), donde la violencia es presentada como un espectáculo.
La puesta sigue la línea de anteriores trabajos del grupo, cuya labor se define a partir de la observación de lugares, espacios sociales, políticos y emotivos que dejaron de constituirse en foco de atención y se encuentran insertos en el imaginario local.
Por ende, definen su trabajo como una operación crítica de análisis de la sociedad a partir de fenómenos rutinarios.
En esta línea han estrenado “After”, “Menú B” y, durante el primer semestre de 2008, “Natacha”, de Armando Moock.
En “Jaula Obesa” ponen en juego además una estructura realista, donde el equilibrio del grupo se altera con la irrupción de un personaje del exterior.
El elenco del montaje lo integran Bárbara Vera (Carla), Horacio Pérez (Víctor), Rafael Contreras (Nelson) y la actriz invitada Mónica Carrasco (Elda).

Claves para el análisis:
- Metáforas del país actual.
- Actuación realista.
- El cuerpo como recipiente de las tensiones sociales.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Teatro comercial y de entretención




Sesión 05
Invitadas:
- Rosita Nicolet, directora y actriz
- Grimanesa Jiménez, actriz

Sobre el teatro comercial:
La conceptualización en torno al teatro comercial es ambigua. La expresión en sí misma resulta vaga cuando la mayor parte de las propuestas teatrales aspiran o deben sustentarse económicamente de no mediar algún tipo de subsidio (estatal o privado).
En general, la categoría se ha empleado históricamente en oposición o contraste con el teatro de arte (aquel que explora en las distintas posibilidades de los lenguajes escénicos y promueve un discurso), teatro oficial (aquel que es subvencionado por el Estado y cumple un rol educativo al poner al alcance del público clásicos universales o contemporáneos) y teatro off o independiente (aquel que realizan las compañías independientes sin estar condicionados por la rentabilidad económica).
En ciudades con una alta actividad teatral, como Nueva York o Buenos Aires, la calificación se ha prestado incluso para generar cartografías. De este modo, las manzanas que forman parte de Broadway en NY o las grandes salas emplazadas en la avenida Corrientes, de la capital trasandina, constituyen circuitos representativos del teatro comercial.
Allí suelen predominar estrategias de marketing. Las obras son en general de estilo realista, están apegadas al formato de dramas o comedias y se enfocan como productos. Los elencos reciben un tratamiento en igual sentido y al espectador se le asegura la posibilidad de asistir a creaciones de un alto estándar de producción.
En Santiago, la categoría se ha asociado con determinadas salas a lo largo del tiempo, como el Teatro El Conventillo, Teatro Alcalá, Teatro Circus OK, Teatro San Ginés, Teatro Bellavista y Teatro Aparte.
En estos espacios ha prevalecido un modelo común de gestión, donde actores o actrices pasan a ser propietarios, productores y programadores del lugar. Su labor suele estar condicionada por la sustentación económica y para ello operan con pautas empresariales de pequeña escala en que los ingresos provienen del auspicio privado y de la taquilla, toda vez que la subvención estatal (vía Fondos Concursables de cultura) es inexistente.
Recursos y elementos distintivos
Los montajes que se presentan en el circuito comparten algunos elementos distintivos:
- Pertenecen al género de la comedia
- Las anécdotas son de fácil lectura o seguimiento
- Las situaciones que se recrean son reconocibles y se enfatizan con diseños de vestuario y escenografía acordes
- La estructura dramática privilegia los diálogos, con entradas y salidas de personajes, aunque son comunes también los unipersonales que operan como confesiones a público o la narración de escenas independientes que conforman un todo
- Abordan generalmente temáticas sexuales, de género o referidas a la convivencia o las relaciones de pareja
- Los personajes se sustentan en caracterizaciones o estereotipos
- Incluyen referencias directas a la contingencia
- Establecen una convención en el escenario que respeta la cuarta pared y que se altera con interpelaciones a público para enfatizar el humor
- Los elencos suelen incluir a actores o actrices que se han perfilado como comediantes
- La labor de dirección se concentra en la puesta en escena de la trama y en la mantención de un determinado ritmo
- Se privilegia la función de entretención
- La crítica social se encubre bajo la parodia
Cuestionamientos
El género ha sido objeto de cuestionamientos en el país desde las primeras décadas del siglo XX, cuando la emergente escena comercial y empresarial solía asociarse con el bataclán, espectáculo revisteril que combinaba canciones, sketches y la participación de algún humorista.
El escritor y crítico Daniel de la Vega llegó a escribir en 1930: “Este nuevo teatro, mareado por los alaridos del jazz, arrastrado por la fealdad agresiva del charlestón, ha vuelto definitivamente las espaldas a los valores artísticos”.
Las críticas tienden a reparar en el nivel de profundidad de los contenidos, en el deslizamiento recurrente de los argumentos hacia el humor, en la carencia de un enfoque de dirección y en la frecuente alusión a la sexualidad.
No obstante, el público tiende a responder favorablemente a las propuestas de este orden y en el listado de hitos de taquilla figuran: “¿Quién me escondió los zapatos negros” y “De uno a diez, ¿cuánto me quieres?”, de la compañía Teatro Aparte; “¿Quién dijo que los hombres no sirven para nada?”, una adaptación de “Hombres”, de Sergi Belbel, con dirección de Rosita Nicolet; y “Sinvergüenzas”, adaptación local de Liliana Ross a partir de “Full Monty”.
Hoy en día se sostiene que las obras pertenecientes al teatro comercial son aquellas por las cuales el espectador debe pagar una entrada. Según esta acepción, la mayoría (sino la totalidad) de las creaciones en cartelera se inscriben en esta categoría. La diferencia radica en sus fuentes de financiamiento, ya que concursos como Fondart han modelado una línea de creaciones que se aparta del interés puramente comercial.

Sobre el Teatro Alcalá
El Teatro Alcalá se encuentra emplazado en Bellavista 97. Lo conforman dos salas: García Lorca y Neruda. La primera tiene 350 butacas; la segunda, 160.
Es gestionado por una sociedad comercial encabezada por Rosita Nicolet, quien además de propietaria hace las veces de productora y programadora.
Comenzó a operar en mayo de 2001 con la reposición de la obra “Boeing Boeing”, dirigida por Cristián Campos.
El montaje fue un homenaje al director y actor español José Vilar, quien ganó notoriedad en Chile a fines de los años 70 y comienzos de los 80 con el proyecto “Teatro en el teatro”, que escenificó comedias para la televisión.
En la sala se presentan anualmente alrededor de 6 montajes. Una alta cuota es gestionada por Nicolet. En ellos participan elencos que, en la práctica, constituyen una compañía estable, con Tichi Lobos, Javiera Contador y Luis Gnecco, entre otros.
Algunos títulos programados en el lugar son: “El cuando quiere, ellas cuando pueden”, “Infieles de ocasión”, “Colegio de monjas”, “Se quieren mucho, poquito, nada”, “Brujas” y “El gato bakano” (infantil).