martes, 8 de enero de 2008

Teatro Cinema en Escuela de Espectadores




Juan Carlos Zagal, Laura Pizarro y la compañía Teatro Cinema delinean en “Sin sangre” una manera decididamente cinematográfica de aproximarse al teatro y ensayan, de paso, una vía de clemencia frente a los dolorosos quistes sociales ocasionados en Chile por la tortura y el crimen político.


El montaje es una adaptación de la novela homónima de Alessandro Baricco (“Seda”, “Novecento”), que a su turno explora en los reveses que enlazan a víctima, salvador y victimario una vez que se sobreponen al escenario de la guerra.


Bajo el tono de fábula que predomina en la mayoría de sus relatos, el autor italiano desnuda los mecanismos que hacen de la venganza una ley arcaica y conduce a sus personajes a rebelarse y a probar un modo estoico e impasible de confrontar las heridas abiertas que los mantienen cautivos del pasado.


La versión teatral muestra un meticuloso apego al original con una variedad de resortes escénicos que la compañía pone en juego en función de las imágenes que se desprenden del libro, las que resuenan poderosamente en la historia local y configuran una elocuente alegoría.


Nina, la protagonista, es la hija de Manuel Roca, un médico que ha sido activo colaborador de prácticas de tortura en tiempos de guerra sucia y a cuyo asesinato ella sobrevive como mudo testigo, gracias a la benevolencia del más joven de los pistoleros que participan en el crimen del desquite.


Cincuenta años más tarde, la mujer se propone resarcir el daño y saldar cuentas con sus victimarios, hasta que se enfrenta cara a cara con quien antes le ha perdonado. La misericordia emerge entonces desde una zona pantanosa y fluye como una súplica reparadora que alborota el tiempo detenido en que la niña y el pistolero han quedado presos, mientras el país ha vivido el jolgorio del confort.


Asociados a un numeroso equipo de diseñadores (Rodrigo Basáez, Cristián Reyes, Cristián Mayorga, Loreto Monsalve) y técnicos (Luis Alcalde), un guionista de cine (Dauno Tótoro) y tres jóvenes actores (Diego Fontecilla, Ernesto Anacona, Etienne Bobenrieth), Zagal y Pizarro se han rebautizado para el proyecto como Teatro Cinema y con los dos lenguajes a los que aluden en el título de la nueva compañía recrean la historia en 1 hora y 40 minutos de vertiginoso encadenamiento de imágenes.


Junto con cuestionar la narrativa que se ha constelado en torno a las llamadas “violaciones a los derechos humanos” –donde el victimario carece de interés argumental y de densidad sicológica –, el montaje emplea los códigos teatrales y cinematográficos para representar los sucesos que rondan a la protagonista como una pesadilla atiborrada de viñetas sueltas, carentes de sentido, y el espacio escénico pasa a teñirse de su universo mental.


La perenne cadencia de estímulos visuales se enmarca en un soporte rectangular cerrado, con las proporciones de una pantalla de cinemascope, en que se superpone el material fílmico proveniente de tres proyectores (uno frontal y dos traseros), mientras el elenco se desplaza al interior del dispositivo en zonas delimitadas por una iluminación de alta precisión.


La amalgama de lenguajes deriva en una suerte de friso multimedia en que la mirada del espectador es guiada por una variedad de encuadres y desplazamientos de cámara y planos (paneos circulares, tilt, primerísimos primeros planos, imágenes congeladas, secciones de storyboard) proyectados sobre la escena y ordenados por recursos del montaje fílmico (cortes, fundidos, raccontos, planos secuencia y la banda sonora compuesta por J.C. Zagal).


En esto, el grupo perfecciona la convención establecida en “Jesús Betz” (2005) e insinuada en “Lobo” (1992), ambas estrenadas con formación de La Troppa.

Pese a la elaborada integración de códigos del cine, la puesta no abandona su naturaleza teatral y, al igual que en “Gemelos” (1999), las interpretaciones mediadas por el uso de micrófonos inalámbricos juegan con estereotipos y una dicción y cadencia vocal más propias de las historietas de televisión que del realismo, efecto que se acentúa con el uso de máscaras de Arlequino y pelucas en los flash-backs de la historia.

La mixtura de recursos visuales y el tratamiento de la sombría fábula en un tono propio del teatro de guiñol, no restan contundencia al alegato de fondo del texto que pulveriza todo discurso reconciliador para instalarse en el campo de las preguntas sin respuestas y, gracias a un despiadado duelo verbal de los protagonistas, sobreponerse paradójicamente a los eufemismos de la piedad y el perdón.

Por Javier Ibacache V.

Publicado en revista “Ciertopez”.

Los creadores de "Sin Sangre" e integrantes del grupo Teatro Cinema participarán en la sesión de la Escuela de Espectadores del miércoles 9 de enero a las 13.00 horas en el Centro Cultural Alameda (Alameda 139).
En diálogo con los expositores y el público comentarán el proceso de puesta en escena del montaje que cumple temporada actualmente en el Teatro Mori Parque Arauco.
Entrada liberada.
Inscripciones:
Dejando nombre y correo en esta página
O llamando a los teléfonos 09-646 23 60 / 08-893 11 70

5 comentarios:

Anónimo dijo...

buenísimo!. Yo me había inscrito en el anterior pero por siaca dejo mi mail aquí

Paulina Sepúlveda Romero
0lady.cellophane0@gmail.com

camila dijo...

nos parece genial vivir estas experiencias teatrales!!!! y tener estas posibilidades de acercarnos aun mas a lo que hacemos.
gracias!

pamela ruiz
pomeruiz@gmail.com

camila monreal
camila_monreal@hotmail.com

Anónimo dijo...

Hola, me gustaría
participar de la
escuela de espectador 9
con J.C. Zagal...

Mi nombre es Nicolás Letelier
y mi mail gatoporliebre@gmail.com

también irá conmigo
Franscisca Olivares
burbuja_panchita@hotmail.com

Unknown dijo...

Hola
es para inscribirme a la escuela
Cristina Peña
babusamey@yahoo.es

camila dijo...

hola me gustaria participar en la Escuela de Espectadores 6 Las Brutas y La Remolienda.

por favor

camila vasquez
camy_fernandy@hotmail.com

patricia leiva
camy_fernandy@hotmail.com