Apuntes de la sesión del lunes 4 de agosto.
Invitado:
Marco Antonio de la Parra, dramaturgo
Sobre el texto:
La obra “La pequeña historia de Chile” fue escrita por Marco Antonio de la Parra en el año 1994. Fue seleccionada en la Muestra de Dramaturgia Nacional en 1996 y estrenada esa misma temporada por el Teatro Nacional con dirección de Raúl Osorio.
El texto muestra a un grupo de profesores en una zona incierta (acaso el purgatorio) pugnando por llevar a cabo una clase de historia en medio de trastos desperdigados, mapas extraviados y referentes clásicos desdibujados.
El Rector y sus cuatro colaboradores parecen condenados a persistir con la rutina escolar pese a la ausencia del alumnado.
En los comentarios que acompañan a la pieza original, el autor indica que los personajes “parecen más espectros que seres de carne y hueso. Se diría recuerdos deformados por el mal trato del olvido”.
Ello explica que en las 19 escenas que integran la obra se formulen citas recurrentes a los patrones clásicos de la instrucción pública local, como el empleo de tiza, pizarrón y pupitres o el ejercicio de pasar la lista.
En clave de sátira, farsa y absurdo, el texto configura progresivamente un espejo del modo en que la sociedad chilena enfoca la memoria colectiva. A la vez, rinde tributo al magisterio y retrata las condicionantes que deben enfrentar los llamado “profesores fiscales”.
Al desplazar la situación hacia un territorio no realista, la dramaturgia explora en una narrativa onírica en que se entrecruzan los delirios y pesadillas de los protagonistas.
Sobre el autor:
Marco Antonio de la Parra (1952) suma 30 años abocado a la dramaturgia. En ese período ha escrito cerca de 50 obras y se ha mostrado proclive a experimentar con las formas.
Estrenó sus primeras creaciones en 1978 (“Matatangos”, “Lo crudo, lo cocido y lo podrido’’) en paralelo a su ejercicio como médico psiquiatra. Desde entonces ha dado pie a una significativa producción literaria, no sólo teatral, y ha impulsado una variedad de iniciativas.
Su producción de tres décadas es posible parcelarla en cuatro campos temáticos:
- Revisión crítica de la historia local con recursos expresionistas, deformación del realismo y matices esperpénticos (“Lo crudo, lo cocido y lo podrido’’, “La pequeña historia de Chile’’).
- Reescritura de grandes mitos universales y de relatos de la cultura pop subvirtiendo cánones (“King Kong Palace’’) o apegándose a la narrativa del sueño (“Tristán e Isolda’’, “Ofelia o la madre muerta’’).
- Reubicación de los discursos y las escrituras que han modelado el pensamiento de Occidente en formatos fílmicos (“Dostoievski va a la playa’’), claves humorísticas (“La secreta obscenidad de cada día’’) o simbólicas (“Dios ha muerto’’).
- Retrato de los vaivenes que han seguido las relaciones de pareja –en particular, en la clase media – en un mundo en que se desdibuja la utopía del amor (“Infieles’’) merced a la traición de la memoria (“El continente negro’’).
En la última etapa conserva su interés por revisitar la historia, aunque desde el relato doméstico (“Las costureras’’) o poniendo en perspectiva íconos latinoamericanos (musical “Pancho Villa”). Junto a ello ha acrecentado el uso de la plataforma escénica como espacio para denostar los vicios de la sociedad del espectáculo (“La vida privada’’) o llamar la atención sobre el abandono infantil (“La cruzada de los niños’’).
De gran elocuencia y exacerbación verbal, el conjunto de su dramaturgia es ecléctico e híbrido. A causa de esto se le califica de postmoderno.
Sobre el montaje:
Las dos versiones que ha tenido “La pequeña historia de Chile” se han presentado en la sala Antonio Varas y han sido dirigidas por Raúl Osorio.
En 1996, el elenco lo integraron Sergio Aguirre, Gaby Hernández, Alex Zisis, Rebeca Ghigliotto y Pablo Macaya. En la puesta estrenada en junio de 2008, intervienen Blanca Mallol, Víctor Rojas, Nicolás Zárate, Rodrigo Muñoz-Medina y Priscila Huaico.
El actual montaje enfatiza el tono grotesco insinuado en el original de un país renuente a reconocerse en su historia y establece vínculos con el debate en torno a la calidad de la educación que se ha venido desarrollando.
Tácitamente contrasta además técnicas rudimentarias de instrucción que han sido objeto de una revisión crítica a partir de la incorporación de las nuevas tecnologías en las aulas.
La producción introduce pasajes musicales (composición: Patricio Solovera) y las actuaciones adoptan un estilo esperpéntico (según la terminología de Valle Inclán: es decir, una realidad excéntrica y distorsionada).
Claves de análisis:
- Vínculo de la obra con otras creaciones del autor
- Convención ideada por la dramaturgia (mundo onírico, absurdo, purgatorio) y la dirección (sátira, farsa)
- Metáfora o alegoría que ofrece el montaje respecto de la contingencia
- Estilo de actuación que adopta el elenco (farsa, esperpento)
Cartelera:
“La pequeña historia de Chile”.
Funciones: de jueves a sábado a las 20.00 horas.
Sala Antonio Varas. Morandé 25.
Reservas: 6961200.
Valor entradas: $6.000 y $3.000.
Convenio Escuela de Espectadores: $2.000*
* Para hacer uso del convenio es requisito estar inscrito en la Escuela de Espectadores y presentar en la boletería del teatro la tarjeta distribuida en la sesión del lunes 4 de agosto.
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